lunes, 11 de junio de 2012

Amélie.

'Nino se retrasa. Para Amélie sólo caben dos explicaciones. La primera: que no encontró la foto. La segunda: que no tuvo tiempo de recomponerla porque una pandilla de atracadores de bancos le tomó como rehén. Perseguidos por la policía lograron escapar, pero él provocó un accidente. Cuando recuperó el conocimiento no recordaba nada. Un exconvicto que pasaba por ahí le recogió en autostop, y tomándolo por un fugitivo le escondió en un contenedor destinado a Estambul. Allí se topó con un grupo talibán afgano que le propuso acompañarle para volar unas cabezas de misiles soviéticos, pero su camión chocó con una mina en la frontera del Tayikistán. Sólo sobrevivió él. Acogido en una aldea de montañeses se convirtió en militante muyahidín. Así que Amélie no se explica por qué se preocupa tanto por alguien que come sopa de remolacha y lleva un tiesto horrible por sombrero'.


A veces, también buscamos explicaciones surrealistas, explicaciones sin fundamento que escondan la verdad, que nos permitan creer que los motivos de cualquier rechazo o desgracia, son ajenos y no dependen de uno mismo. 
De hecho, suele ser así. ¿Quién tiene la fortaleza suficiente para aceptar la verdad de primera mano?
Siempre nos escudaremos en algo, aunque sea nuestra propia fantasía.

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