miércoles, 24 de agosto de 2011

Esos virus llamados sentimientos.

Sentimientos: Extraños seres malignos, formas de vida sin inteligencia ni razón. Son inmunes a cualquier tipo de razonamiento o defensa, tercos e incansables, ocupan invasivamente hasta el más recóndito rincón en la mente. Rechazan cualquier atisbo de negación o intentos de exterminio. No dan oportunidad a curar los síntomas, aparecen espontáneamente condenando al desastre al desgraciado ser en el que habiten. 
Se agazapan como un felino, impacientes y hambrientos, a la espera de cualquier oportunidad en la que seas vulnerable y estés indefensa...
Eliminan cualquier tipo de muralla o sistemas de seguridad. Para ellos no existe ni la pasividad ni los instintos de supervivencia. Tal y como seres suicidas, se lanzan alegremente hacia el desastre sin pararse a pensar en las consecuencias.
Los maldices, los niegas, los odias pero no les afecta, no se rinden. Están  ahí, expectantes y traidores.
Hirientes, masoquistas. Así son. No se contentan con dejarte en evidencia, no buscan ridiculizarte....no, buscan dañar. Son seres ávidos de dolor, ávidos de cualquier tipo de pasión, sin dejar pasar de largo absolutamente nada. Cada palabra puede afectarles, cada circunstancia, son seres mutantes. Se comportan tal y como un virus. Invaden cada célula del pensamiento, y absorben cualquier rastro de bondad y razón, se alimentan de los sentidos, se automutilan con palabras hirientes, con rechazos. A pesar de ese viaje de ida a la autodestrucción, permanecen imparables e impasibles. Matan cada ilusión, matan cualquier rastro de esperanza. A ellos, les gusta el dolor, el rechazo, eso los excita, los anima a seguir, a tomar ese camino sin retorno a la humillación. Ellos son en sí mismos su única meta.


Ayla.Z.