domingo, 4 de noviembre de 2012

.

Las naturalezas no cambian. Lo que ha de ser de una manera...lo será siempre así.
No importa que hagas o cuanto te esfuerces. ¿Actitud? Al diablo con la actitud. No cambia absolutamente nada. Aquel que no me merece tener nada...nada tendrá nunca.
Solo una gran nube gris de mediocreidad y desgana. La misma nube gris de desazón, de sempiterno sin sentido.  La felicidad es una máscara, una bella máscara que solo nos consuela unas semanas, hasta que se cae y nos muestra la fría realidad. La solitaria verdad.
Hay personas destinadas a permanecer consigo mismas como una única compañía. Cuya existencia estará siempre en tinieblas, siempre condicionada por su estúpida medianía, su torpeza correspondiente.
Quizá sea karma, quizá simple determinismo, pero hay almas, que están condenadas a la soledad. Hay almas que nunca serán amadas o comprendidas. Siempre habrá alguien superior, alguien mejor que obtenga todo aquello a lo que esa simple persona...simplemente, no tendrá acceso jamás.
No sirve de nada quejarse, enfadarse o rechazarlo. Las cosas son como son. Y siempre serán así.