miércoles, 29 de febrero de 2012

Explayamiento.

Es traicionera la inspiración ¿verdad? Suplicas por ella en tiempos benignos para dejarse llevar por la creatividad, y sin embargo, es ahora, en el momento quizá más inoportuno, cuando mis dedos vuelven a bailar con facilidad sobre el teclado.
De hecho este flujo incesante de inspiración es completamente contradictorio con el auténtico estado de mis pensamientos. Me hallo más bloqueada que nunca, idiotamente feliz por raíces desconocidas, otras perdidamente melancólica, pero bloqueada. Mi mente es un barullo de sentimientos y pensamientos que no se llevan nada bien. Pelean, discuten y se disputan la hegemonía de mis actos a la vez que se horrorizan unos de otros. Unos quieren dejarse llevar, que sea libre y egoísta. Otros me gritan lo mala persona que soy por contemplar si quiera  por un instante al otro bando de pensamientos.
Me siento perdida, bloqueada, ahogada por mis propios sentimientos. Sentimientos que no creía pudieran resucitar tan pronto, o mejor dicho, nacer tan pronto. 
He intentado aislarlos por completo, pero mi subconsciente tiene otros planes que poco a poco le están comiendo terreno a mi racionalidad, traicionándome, revelándose en los momentos más equivocados posibles en una suicida misión...
No comprendo que está pasando conmigo, no comprendo absolutamente, ni a mí, ni al resto de personas a mi alrededor.
Mi gran problema consiste en que durante un tiempo, fui quizás demasiado ingenua y soñadora, demasiado incauta, y me permití demasiado espacio para los sentimientos, permitía infinitas y felices ensoñaciones que ocupaban hasta el más íntimo rincón de mis pensamientos. 
Y los excesos nunca son buenos, ahora por culpa de eso, esos condenados, tienen demasiado espacio para vagar por mi cabeza, y están empezando a desbocarse de una manera muy peligrosa para mi integridad.
Yo conseguí aislarlos, conseguí mantenerlos a raya, intentar exterminarlos de la mejor manera....pero encontraron la manera de saltarse todas las defensas, encontraron la manera de desnudarme y exponerme y ahora simplemente se niegan a regresar a su sitio correspondiente.
Trato de mantener una fachada de impasividad, de desinterés, pero nunca he sido capaz de mentir a nadie, y menos a mí misma. Desgraciadamente para mí, ahora debo acarrear con ellos, sufrirlos y tratar de domarlos de la mejor manera.
Sin embargo, se trata de sentimientos completamente extraños y alienígenas (además de descarados), es decir, son sentimientos que solo llevan a la autodestrucción, son un viaje sin retorno hacía el masoquismo.
Estos, deberían entender la mediocridad del sujeto que los padece, deberían saber mejor que nadie sus posibilidades nulas, lo estúpidas y vanas que son sus tristes esperanzas.
El sujeto enfermo de estos sentimientos está en una liga inferior, en un rango que no debería aspirar jamás a lo que tristemente aspira. Ese es sitio para semejantes, para personas brillantes e inaccesibles, auténticos seres que se creían ficticios. Para los simples mortales, esos seres de ciencia ficción nunca se materializarán, y probablemente sea mejor así, tan solo suplico por algo que elimine está estúpida presión en el pecho, este acongojamiento de corazón. Estás estúpidas reacciones químicas provocadas por un inútil cerebro. ¿Es tanto pedir querer volver a mi cruda realidad? 




Ayla.Z.

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