miércoles, 29 de febrero de 2012

El amor y la calavera. Baudelaire

Pie de lámpara antigua

El amor se ha sentado en el cráneo
de la humanidad,
y en tal trono sentado el profano
se ríe procaz.

Sopla alegremente redondas burbujas,
subiendo, subiendo,
Como si quisiera alcanzar los mundos
que pueblan el cielo.

Globos de colores, irisados, frágiles
-mentido terror-
que estallan y exhalan su alma delicada,
como un sueño de oro.

Y oigo el cráneo con cada burbuja
Rogar y gemir:
“Este juego feroz y ridículo,
¿no va a concluir?”

“¡Porque eso que tu boca cruel
esparce en el aire,
¡asesino!, es mi propio cerebro,
mi carne y mi sangre!

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